“QUE LAS CIFRAS HABLEN"
Leyendo este periódico
del viernes 28.10.2016, leo que con motivo del 125 aniversario de la
presencia de unidades de Artillería en Melilla, Isabel Migallón y
Eduardo Sar, pronunciaron una conferencia al respecto en el Centro
Cultural de los Ejércitos (Casino Militar). Dicha conferencia, se
centró en torno a: “La Artillería en la Purísima: Los Héroes
del Cañón”.
En el comentario
periodístico daban a conocer las obras publicadas entre ambos, como
“Nombres para la Historia Militar de España”, y “La Impronta
Militar en el Cementerio de Melilla”. Entre ellas dice que la
señora Migallón es la autora (sic) de un librito de apenas 15
páginas, titulado: “Que las cifras hablen”. Debo decir que
referente a esta obra, creo que ha habido un lapsus cálami, que
como todo el mundo sabe es una
locución
latina
en la que “patina” mucha gente, y significa: “error o tropiezo
involuntario e inconsciente al escribir”, y si el error es en el
habla
es
“Lapsus linguae”.
También para
los errores cometidos al escribir en el ordenador o cualquier otro
dispositivo, en el que se teclee, se usa la expresión: “Lapsus
clavis”.
Digo
lo del error porque esa obra no es de la señora Migallón, porque ya
fue publicada el 14 de noviembre de 1923, por el Regimiento Cazadores
de Alcántara nº 14 de Caballería, e impresa en el mismo
regimiento, siendo el Resumen de la Actuación de este Cuerpo en el
mes de julio de 1921. O sea que hace ahora la friolera de 93 tacos de
almanaque.
La
historia es tan sencilla que merece que los lectores la sepan, verán:
Cuando mi buen amigo José Luís Blasco era Presidente de la
Asociación de Estudios Melillenses, el Capellán del Rgto. de
Alcántara, D. Daniel Montalvo, puso en sus manos varias cajas con
450 ejemplares de esa “Joyita”, como la bautizó José Luís,
porque realmente es una verdadera joya que ese Regimiento debe
enorgullecerse, junto a la Laureada de su Teniente Coronel Primo de
Rivera; ya que en sus páginas figuran los nombres de los jefes y
oficiales muertos o desaparecidos en julio de 1921. José Luís, muy
diligente, las repartió entre los componentes de esa Asociación, y
a este que les escribe entregó una. A Eduardo Sar le entregó dos
para un posible aporte de una edición de historia militar, que al
final salió como copia en facsímil de esa edición, que podrán
observarla junto a este texto.
Hay
que significar que esta “Joyita”, comienza con el nombre del
Coronel de ese Regimiento, D. Francisco Manella Corrales; que estando
de Jefe de la Circunscripción de Annual, y en la retirada de las
fuerzas, debió quedar muerto en las inmediaciones del Barranco de
Izumar, dándose como desaparecido, en esa posición.
En
su puesto quedaba el Teniente Coronel, D. Fernando Primo de Rivera
con el 2º Escuadrón, en el que formaban dos secciones del 4º y una
del 1º; en total 192 jinetes protegiendo la retirada hacia Drius.
Sobre este Héroe hay que decir que cargó contra la trinchera
natural del Igan; donde hombres y caballos caerían en bloque, como
así se los encontrarían varios meses más tarde: todos en
formación. Habían logrado pasar, dar la vuelta, y contraatacar,
salvando así la columna del General Navarro, convirtiendo aquélla
derrota en una gran gesta heroica, por la que les impusieron la Gran
Cruz Laureada de San Fernando. Como anécdota hay que decir que el
Tte. Coronel Primo de Rivera murió en Monte Arruit el 5.08.1921, a
consecuencia de la grave herida por un proyectil de cañón, en el
brazo izquierdo; sufriendo con valentía su amputación sin
anestésico, por carecer en la enfermería de la posición. Varios
testigos cuentan que la Cantinera de Batel, (conocida como la de
Monte Arruit), Dª Juana Martínez López, estuvo a su lado,
consolándolo mientras agonizaba, hasta su muerte. La tumba de esta
Heroína la podemos ver junto al “Ángel” en La Purísima, al
lado de los soldados que quiso, y ayudó en todos los momentos de
angustia.
Hay
un latinajo que dice: “Summum mutum prudentia est aliquando”, que
en castellano es: “La suprema sabiduría es hacerse el tonto en
ocasiones”. Y les aseguro, queridos lectores, que no peino ni un
pelo. Así
que, parafraseando lo que Jesucristo dijo a los fariseos: “...Al
César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
En este caso, repito: la obra “Que las cifras hablen”, es
propiedad intelectual del Regimiento Cazadores de Alcántara nº 14,
editada por el mismo Regimiento, en el año de 1923.
Más
claro lo tenemos en lo que mana por los grifos de la bonita fuente
del Bombillo.
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