08 noviembre 2016

“QUE LAS CIFRAS HABLEN"


Leyendo este periódico del viernes 28.10.2016, leo que con motivo del 125 aniversario de la presencia de unidades de Artillería en Melilla, Isabel Migallón y Eduardo Sar, pronunciaron una conferencia al respecto en el Centro Cultural de los Ejércitos (Casino Militar). Dicha conferencia, se centró en torno a: “La Artillería en la Purísima: Los Héroes del Cañón”.
En el comentario periodístico daban a conocer las obras publicadas entre ambos, como “Nombres para la Historia Militar de España”, y “La Impronta Militar en el Cementerio de Melilla”. Entre ellas dice que la señora Migallón es la autora (sic) de un librito de apenas 15 páginas, titulado: “Que las cifras hablen”. Debo decir que referente a esta obra, creo que ha habido un lapsus cálami, que como todo el mundo sabe es una locución latina en la que “patina” mucha gente, y significa: “error o tropiezo involuntario e inconsciente al escribir”, y si el error es en el habla es “Lapsus linguae”. También para los errores cometidos al escribir en el ordenador o cualquier otro dispositivo, en el que se teclee, se usa la expresión: “Lapsus clavis. Digo lo del error porque esa obra no es de la señora Migallón, porque ya fue publicada el 14 de noviembre de 1923, por el Regimiento Cazadores de Alcántara nº 14 de Caballería, e impresa en el mismo regimiento, siendo el Resumen de la Actuación de este Cuerpo en el mes de julio de 1921. O sea que hace ahora la friolera de 93 tacos de almanaque.
La historia es tan sencilla que merece que los lectores la sepan, verán: Cuando mi buen amigo José Luís Blasco era Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, el Capellán del Rgto. de Alcántara, D. Daniel Montalvo, puso en sus manos varias cajas con 450 ejemplares de esa “Joyita”, como la bautizó José Luís, porque realmente es una verdadera joya que ese Regimiento debe enorgullecerse, junto a la Laureada de su Teniente Coronel Primo de Rivera; ya que en sus páginas figuran los nombres de los jefes y oficiales muertos o desaparecidos en julio de 1921. José Luís, muy diligente, las repartió entre los componentes de esa Asociación, y a este que les escribe entregó una. A Eduardo Sar le entregó dos para un posible aporte de una edición de historia militar, que al final salió como copia en facsímil de esa edición, que podrán observarla junto a este texto.
Hay que significar que esta “Joyita”, comienza con el nombre del Coronel de ese Regimiento, D. Francisco Manella Corrales; que estando de Jefe de la Circunscripción de Annual, y en la retirada de las fuerzas, debió quedar muerto en las inmediaciones del Barranco de Izumar, dándose como desaparecido, en esa posición.
En su puesto quedaba el Teniente Coronel, D. Fernando Primo de Rivera con el 2º Escuadrón, en el que formaban dos secciones del 4º y una del 1º; en total 192 jinetes protegiendo la retirada hacia Drius. Sobre este Héroe hay que decir que cargó contra la trinchera natural del Igan; donde hombres y caballos caerían en bloque, como así se los encontrarían varios meses más tarde: todos en formación. Habían logrado pasar, dar la vuelta, y contraatacar, salvando así la columna del General Navarro, convirtiendo aquélla derrota en una gran gesta heroica, por la que les impusieron la Gran Cruz Laureada de San Fernando. Como anécdota hay que decir que el Tte. Coronel Primo de Rivera murió en Monte Arruit el 5.08.1921, a consecuencia de la grave herida por un proyectil de cañón, en el brazo izquierdo; sufriendo con valentía su amputación sin anestésico, por carecer en la enfermería de la posición. Varios testigos cuentan que la Cantinera de Batel, (conocida como la de Monte Arruit), Dª Juana Martínez López, estuvo a su lado, consolándolo mientras agonizaba, hasta su muerte. La tumba de esta Heroína la podemos ver junto al “Ángel” en La Purísima, al lado de los soldados que quiso, y ayudó en todos los momentos de angustia.
Hay un latinajo que dice: “Summum mutum prudentia est aliquando”, que en castellano es: “La suprema sabiduría es hacerse el tonto en ocasiones”. Y les aseguro, queridos lectores, que no peino ni un pelo. Así que, parafraseando lo que Jesucristo dijo a los fariseos: “...Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. En este caso, repito: la obra “Que las cifras hablen”, es propiedad intelectual del Regimiento Cazadores de Alcántara nº 14, editada por el mismo Regimiento, en el año de 1923.
Más claro lo tenemos en lo que mana por los grifos de la bonita fuente del Bombillo.



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